Nasjonalmuseet de Oslo...

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18/10/22 - El recientemente renovado Museo Nacional de Oslo reúne bajo un mismo techo tres instituciones que albergan más de 6500 obras de artistas de todo el planeta y de los distintos movimientos de la historia del Arte.  El estudio de arquitectura de origen alemán que llevó a cabo la transformación decidió apostar por la longevidad del edificio en vez del sensacionalismo con que se destacan otros museos contemporáneos. Por lo tanto, la austeridad es lo que marca el tono, una manera muy particular de obligarnos a conectar con lo que se exhibe y no desviar la mirada en otros ornamentos. Es así que descubrimos a Harald Sohlberg, un artista noruego de principios del siglo XX que describe con su pintura un paisaje invernal de su país. 

 

Winter Night in the Mountains, de Harald Sohlberg (1914)

Técnica: óleo sobre tela

 

En las salas de pinturas de los siglos XVI y siglos XVII se destaca la familia Gentileschi. Padre e hija resuelven con realismo pasajes bíblicos con figuras que emergen desde la oscuridad para crear intensidad y drama. La intención: impresionar al observador con un mensaje espiritual en tiempos donde la religión era guía del creyente.

 

Judith and her Maidservant with the Head of Holofernes, de Orazio Gentileschi (ca. 1608-1612)

Técnica: óleo sobre tela

 

Saint Katharina of Alexandria, de Artemisia Gentileschi (ca. 1614-1615)

Técnica: óleo sobre panel

 

Mary Magdalene Penitent, de Artemisia Gentileschi (ca. 1640)

Técnica: óleo sobre tela

 

La estrella de todo el museo es El Grito de Edvard Munch en su versión más famosa, la de témpera y crayón sobre cartón. “La pintura más innovadora en contenido y en técnica”, así es como la define la cartela y agreguemos que es la que convoca al público en este museo. Munch representó íntimamente a la sociedad moderna, alejándose de los temas de su época (finales del siglo XIX), en la que los hombres leían y las mujeres tejían. Por el contrario pintó a aquellos que sufrían por amor, a los desesperados, a los engañados y a las jóvenes obligadas a prostituirse, por ejemplo.

 

The Scream, de Edvard Munch (1893)

Técnica: témpera y crayón sobre cartón.

 

The girls on the bridge, de Edvard Munch (1901)
Técnica: óleo sobre tela.



Self-portrait with cigarette, de Edvard Munch (1895)

Técnica: óleo sobre tela.

 


Puberty, de Edvard Munch (1894)

Técnica: óleo sobre tela.


The dance of life, de Edvard Munch (1899-1900)

Técnica: óleo sobre tela.


Las salas, con una curaduría que valoriza la línea del tiempo, continúan en todos los pisos del museo hasta llegar al arte contemporáneo, con objetos e instalaciones de los artistas más reconocidos por el mercado. En definitiva el Nasjonalmuseet nos ofrece, como otros museos representativos de un país, un recorrido donde priman los artistas propios, lo cual ofrece a los visitantes una oportunidad para entender las expresiones nacionales. 

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Liliana Wrobel

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ObrasMNBA@gmail.com