Las Anunciaciones de Fra Angélico...

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Guido di Pietro, luego Fra Giovanni da Fiesole, pictor angelicus, nació en 1395 en Vicchio di Mugello, en la Toscana. Sus trabajos se ubican en  el inicio del Quattroccento, donde produjo varias obras con la misma temática: La Anunciación. La primera de ellas forma parte de la colección permanente del Museo del Prado y está fechada ca.1426. La otra versión, de 1430, se conserva en el Museo Diocesano de Cortona en Italia. Las fechas de las mismas varían de un autor al otro, pero tomamos como ciertas las que aparecen en las páginas de los museos. Hay una tercera versión en el Convento de San Marcos en Florencia, que analizamos con anterioridad. 
La Anunciación, de Fra Angélico (1426)
Técnica: témpera sobre tabla / Medidas: 162 x 191 cm
Museo del Prado, Madrid
La Anunciación, de Fra Angelico (1430)
Técnica: Pintura al temple en madera / Medidas: 175 x180 cm
Museo Diocesano de Cortona, Italia

Angélico vivió intramuros por 20 años en el convento dominico de Fiesole en Florencia y se abocó a las lecturas religiosas de ese momento. Por lo tanto, para esta intrusión en su pinturas y en su época,  deberíamos salir de nuestro propio universo mental para comprender mejor ese pasado a pesar del anacronismo,  como bien explicó Georges Didi-Huberman en su libro "Ante el Tiempo". 
Estamos en el inicio del siglo XV y las obras que circundan a nuestro artista son góticas y los cuerpos, en las pinturas, lucen ingrávidos por la inmaterialidad que se pretendía difundir por entonces. Eso es lo que va a repetir Fra Angelico en estas dos Anunciaciones: la figura sin peso corporal y sin individuación (hombres y mujeres son casi lo mismo) aunque, casi a la vuelta de la esquina del convento, Masaccio despuntaba el Quattoccento con su fresco en la iglesia de Santa María Novella. 
Volviendo a Fra Angelico, las escrituras ubicaban a María como la imagen de la castidad y del pudor y eso mismo quiso reflejar el artista en estas anunciaciones. Sin embargo, en ambas pinturas, la noción del espacio objetiva y científica está presente pero siempre en una plano mistérico. 
En la segunda obra Angélico escribe las palabras que salen de la boca del ángel y de la Virgen en letras de oro. Mientras que el primero le anuncia: Spiritus sanctus superveniet en te,  María replica en espejo: Ecce ancilla Domini, fiat mihi secundum verbun tuum. Y de boca del ángel nuevamente: virtus Altissimi obumbrabit tibi.

(Continuará..)

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