El Realismo Traumático de Celeste Martínez...
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27/08/19 - Hal Foster escribió que algunos artistas parecen impulsados por la ambición de habitar un lugar de afecto total, mientras que otros nos condenan a detener la mirada en una “realidad terrible” contenida en la obra que producen.
Celeste Martínez (Córdoba, Argentina 1973) nos seduce, como espectadores, con piezas de aparente belleza. Nos obliga a aproximarnos a sus vestidos y objetos, pero cuando estamos muy cerca y conocemos la composición, se nos devela esta realidad terrible que Foster definió como “realismo traumático”.
Sin título 1, Serie Vestimenta para una Niña Urbana, de Celeste Martínez (2006)
En el cuasi-vestido, que pertenece a la colección del arquitecto cordobés José Luis Lorenzo y que se presentó en Espacio Colón como parte de la muestra ¿Qué cuerpos? ¿Qué lenguajes? Representaciones subjetivas y modelos preconcebidos de género, sexo y deseo (una muestra paralela a la feria MAC de la capital cordobesa), Celeste inyectó un líquido rojizo en las pequeñas celdas de este atuendo de reticulado geométrico, semejante a una pintura de Piet Mondrian.
El líquido puede parecer sangre, aunque en realidad es vino en un estado tal que deja a la vista su añejamiento y nos confunde. Donde pensamos que hay sangre coagulada es simplemente una bebida con grumos.
Colección Bugliotti, de Celeste Martinez
Córdoba
En otra colección privada, los objetos de Celeste Martinez están dispuestos en una vitrina. Resulta que este mueble contenedor permite observar de cerca una serie de enseres de la vida cotidiana: un florero, una caramelera, un espejo. Todos ellos de porcelana blanca con un extraño moteado. Otra vez al acercarnos, o consultar sobre lo que estamos viendo, descubrimos el dramatismo. Las motas del diseño son ploteados de estudios dermatológicos provenientes de un banco de datos de melanomas malignos. Según la artista, ésta es su manera de trabajar la enfermedad como metáfora de la vulnerabilidad del sistema social.
Las obras nos resultan agresivas cuando desencriptamos su contenido. Hay poco para decir cuando la dura realidad de una enfermedad terrible está delante del espectador, velada por una extraña belleza. Celeste nos atrae engañándonos y luego nos enfrenta a un abismo sin salida.
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