Las instalaciones del artista coreano Jung Lee (1972) son muy particulares. Se dividen en dos series Día y Noche y Aporía. La palabra aporía proviene del griego y significa "algo que no tiene resolución". Para esta serie, el artista se inspiró en un libro de Roland Barthes ("Fragmentos de un discurso amoroso"), que cuenta lo que ocurre cuando uno se enamora. Me quiere, no me quiere, le creo, no le creo: pareciera que el enamorado cae en un delirio tonto al que no le encuentra respuesta ni salida. Para Lee, esto revela la tristeza y soledad del amor en la actualidad.
Estas instalaciones lumínicas tienen una reminiscencia con las obras de Tracy Emin, pero son mucho  más cautivadoras.