Ai Weiwei en el Design Museum de Londres...

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Aquellos que están vivos, vivan plenamente
No esperes que la tierra mantenga un rastro detrás.
 Ai Qing, 1980 


12/07/23 - Los versos que anteceden pertenecen a uno de los poetas con más prestigio en el Siglo XX en China y que además fue el padre del artista Ai Weiwei, quien actualmente se presenta en The Design Museum de Londres con la muestra Making Sense. Allí se expone un trabajo que dio mucho que hablar: se trata de Water Lilies #1, una apropiación de la reconocida pintura de Claude Monet  exhibida en el MoMA  de New York y en el Musée de l’Orangerie de París. Ai Weiwei recrea el idealizado paisaje con nenúfares de Giverny, pero en piezas de Lego. Es un homenaje no solo para Monet sino también para el padre del artista chino. En esta versión se abre un portal en negro (a la derecha) que representa la puerta al refugio subterráneo en la provincia de Xinjiang, donde vivian en exilio forzado en los años 60 ("El paraíso acuático perforado por un recuerdo infernal").

Ahora si nos remitimos al material, específicamente, ¿Podríamos pensar que Ai Weiwei puntualiza nuestra asociación actual con lo industrial, en vez de con la naturaleza? Es muy probable que sí.

 



Water Lilies #1de Ai Weiwei (2022)
Ladrillos de Lego

 

Desde el punto de vista del montaje, la obra pierde carisma. Es muy difícil apreciarla cuando se encuentra atrapada  con otras instalaciones por delante. Tal como en las nenúfares de Monet, la distancia es esencial para entender el conjunto de plantas, flores, agua y cielo y esa vision está interrumpida por Through (un conjunto de mesas de la dinastía Qing en compleja estructura)

El resto de lo exhibido corresponde a instalaciones que Ai Weiwei produjo desde los años noventa, como  Remains y Spouts, que consisten en miles de piezas de porcelana descartadas de la producción por defectuosas.

 

Spouts, de Ai Weiwei (2015)
Porcelana

 

Untitled (Porcelain Balls)de Ai Weiwei (2022)
Porcelana

 

La imagen anterior corresponde a Untitled (Porcelain Balls), miles de pequeñas esferas en porcelana perfectamente alineadas. Estos objetos de belleza abstracta y delicado material fueron, según cuenta la cartela, proyectiles en el pasado. Es difícil de creer que las 200.000 mínimas estructuras, tan perfectas en su esfericidad, fueran hechas a mano. 

Con la misma obsesión por el orden, donde nada está fuera de la línea, Ai Weiwei y su equipo exhiben Still Life. Allí cada piedra es un utensilio utilizado, justamente, en la Edad de Piedra (Stone Age): cuchillos, hachas sin el mango, cinceles y todo aquello que podría ser útil para que un individuo sobreviviera en esos tiempos. Las 4000 piezas, están alineadas de lado a lado y nos desafían como objetos raros, dignos de estudio arqueológico, aunque se dice que Ai Weiwei los compró en un mercadito callejero.

 


Still Lifede Ai Weiwei (1993-2000)
Piedra

 

Finalizamos el recorrido con la tan conocida vasija del artista con las letras de la gaseosa. Es una de sus piezas más controvertidas pues se trata de una urna de la dinastía Han (206 BCE- 220CE) que lleva un logo actual. Ai Weiwei hace colisionar dos sistemas diferentes, ambos valiosos (según la cultura de la que hablemos) pero opuestos: uno que encarna la artesanía antiquísima y el otro que representa una marca que produce masivamente, símbolo global del consumismo.

 

Han Dynasty Urn With Coca-Cola Logode Ai Weiwei (2014)

 

Nos vamos pensando que vinimos por los legos de la pintura de Monet y nos vamos llevando en la cabeza la urna pintada (que ya vimos infinidad de veces), mientras reflexionamos sobre cómo una gaseosa se apoderó del mundo casi sin quererlo. 

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