01/02/21 - Desde la apertura al público en el MALBA, recorrimos tres veces la muestra Constelaciones de la artista surrealista Remedios Varo, nacida en España en 1908.  En estas visitas nos sorprendió una figura que se repetía, representada de diferentes formas y a veces en extraños colores: los gatos. 

El Gato-Helecho, de Remedios Varo (1957)

Técnica: óleo sobre triplay 

Se cuenta que no es fácil dibujar felinos, es por eso que Varo decía que “inventaba gatos” por la dificultad que tenía para retratarlos. Sin embargo, en Vagabundo, el gato que aparece a los pies del personaje es el retrato perfecto del animal.  

Vagabundo, de Remedios Varo (1957)

Técnica: óleo sobre masonite

Técnica: óleo sobre masonite

En 1955 describió su trabajo Simpatía (La rabia del gato), como el gato de una mujer que subía a la mesa, provocando una especie de desorden que uno debe aprender a tolerar si le gustan los gatos. Éste resulta ser el único gato crispado, ya que en Mimetismo (mímesis), y en Paraíso de los gatos todos lucen muy tranquilos. 

Técnica: óleo sobre masonite

Verdaderamente  existe un vínculo innegable entre la artista y el felino. Este felino, cargado de energía y de magia que en Simpatía se ubica en un espacio doméstico, casi íntimo, tan íntimo como los sueños. Si nos apegamos a la iconografía cristiana, el gato representa la lujuria y el erotismo. Quizás Varo nos deja entrever con estos gatos su ser más profundo y desconocido.