Los Impresionistas y la fotografía...

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“El daguerrotipo no es solo un instrumento que sirve para dibujar la naturaleza, sino que le da el poder de reproducirse a si misma”.

Louis Daguerre (1838)

En el siglo XIX, la aparición de la fotografía produjo un cambio en la manera de ver la realidad. Los impresionistas fueron los más influenciados por el poder documental que la foto les ofrecía para producir sus obras. Si bien estos artistas salían a la naturaleza para capturar la luz en todos sus matices, cuando aparece el daguerrotipo se aprovechan de sus ventajas. Atrapar el instante, buscar el encuadre más innovador de la imagen observada y pintar con espontaneidad obsesionaba a los impresionistas: la foto resultó ser el recurso que necesitaban para lograr sus objetivos.

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, con la muestra Los Impresionistas y la fotografía, demuestra la relación estrecha entre artistas y tomas, exponiendo las pinturas al lado de las fotos. El resultado: una muestra impecable en la que paisajes y personajes son pintados y retratados. La exposición apoya el concepto de la influencia en la pintura de la foto, pero al recorrerla no queda claro quién influenció a quién. Muchas de las fotos expuestas fueron tomadas por los mismos artistas del siglo XIX. El núcleo curatorial más llamativo es el de los paisajes en donde la maestría de Claude Monet, Frédéric Bazille o Camille Pissarro, representa a la perfección el recorte del bosque o de la naturaleza registrado en la foto. Por último no se puede dejar de mencionar los retratos. Gracias a la fotografía, se terminan las largas sesiones posando y el interesado podía entregar su carte-de-visite, una especie de foto-carnet, al artista (por ejemplo, a Manet) y luego retirar la pintura sin haber pasado por el atelier.