Escultura en cerámica...
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Simone Leigh (1967) es una artista norteamericana de padres jamaiquinos que explora con sus obras la diáspora negra y los conflictos asociados a la resistencia racial, particularmente en la mujer. Suele usar cerámica, un medio habitualmente relegado a las artesanías, pero del que Leigh obtiene una fuerza abrumadora.
Actualmente la galería Luhring Augustine del barrio de Chelsea, en New York, exhibe 10 esculturas de la artista, ocho de ellas en cerámica.
101 (Face Jug Series), de Simone Leigh (2018)
salt-fired stoneware / Medidas: 46.4 x 15.2 x 20 cm
Un busto de mujer con una jarra invertida como torso es una de las muchas esculturas que parecen ser antiguas, como si se tratase de un objeto ceremonial proveniente de Africa. En esta cara de mujer vemos una boca, labios y una barbilla. No tiene cabello, ni orejas, ni ojos. Sin embargo no parece ni ciega, ni ausente. Todo lo contrario, la mujer sugiere una visión interior, una profunda sabiduría y ser dueña de un conocimiento superior.
No Face (Bronze), de Simone Leigh (2018)
Material: bronce / Medidas: 44.5 x 17.8 x 17 cm
Otro busto de mujer negra con una fascinante e inescrutable cara surge de un largo cuello. Las formas son casi arquitectónicas y espaciales. Se descubre algo de Henry Moore en las obras de Leigh. En "Woman with T-Shirt", de la serie Cara de Jarra, la escultura tiene la cabeza cubierta con un pañuelo. Su cuello largo finaliza con un rostro delicado pero nuevamente sin ojos. Todas las piezas de la serie de Jarras alteran la percepción: como observadores racionales tratamos de "cerrar" los rostros y crear a la mujer que yace escondida en las piezas de la artista. Como punto en común todas ellas parecen haber sido esclavas.
Woman with T-Shirt (Face Jug Series), de Simone Leigh (2018)
Material: Bronce / Medidas: 63.2 x 20 x 25.1 cm
100 (Face Jug Series), de Simone Leigh (2018)
salt-fired stoneware / Medidas: 69.8 x 40.6 x 40.6 cm
Sin embargo son las excéntricas figuras con anchas faldas de rafia las que comandan la muestra. Dos de ellas tienen el torso borrado y permanece la cara de jarra. Surge a simple vista la referencia a Africa: por ese halo mágico, de deidad femenina con referencias a la maternidad o a la fertilidad, típico estereotipo referido a las caderas anchas. Las que no llevan rostros no parecen comunicar vacío o anonimato, sino fuerza.
No Face (Pannier), de Simone Leigh (2018)
Materiales: Terracota, Grafito, porcelana, rafia, epoxi / Medidas: 184,5 x 190,5 cm
Cupboard VIII, de Simone Leigh (2018)
Materiales: stoneware, Steel, rafia / Medidas: 317.5 x 304.8 cm
Simone Leigh, Luhring Augustine Gallery, Chelsea, New York
Las esculturas de Simone Leigh son desafiantes y exasperan pero tienen un magnetismo que invade toda la galería. Son precarias, extremadamente frágiles y circular alrededor de ellas es un reto. Según los curadores de la galería, problematizaron tanto el espacio que es como si verdaderos seres humanos ocuparan las salas.
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