Preguntas: Homenaje a Graciela Sacco...
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12/03/18 - Re-ocupar temporalmente un espacio tan
cargado de historias y de presencias
fantasmales como es el viejo Hotel de Inmigrantes con la obra de Graciela Sacco (1956-2017) redefine
su trabajo. Sabemos que la producción de la artista rondó
tanto las batallas cotidianas como la conflictividad social. Es aquí donde se
suma la curaduría de Diana Weschler para contribuir a crear un espacio de
pensamiento y obviamente de “preguntas”. Cada imagen espera, entre aislada y
latente, a que el espectador la active con su mirada. Por ejemplo, en la instalación "Esperando a los
bárbaros" unos ojos (de hombres, mujeres y niños), nos increpan detrás de maderas entrelazadas. ¿Es un cerco, un escondite o un refugio? ¿Quién está en el lugar incorrecto? ¿Ellos o nosotros? ¿Somos los que observamos o nos
observan?
Con esta obra se abre la muestra y como
está montada en el acceso, es obligatorio detenerse para dejarse observar.
Esperando a los bárbaros, de Graciela Sacco (1995 – 2015)
Instalación sobre pared, video en pantallas digitales y collage de
maderas encontradas / Dimensiones variables
La instalación lumínica "El combate
perfecto" es atractiva estéticamente y el montaje en una sala aislada la
favorece. La sombra, proyectada de esta fotoserigrafía sobre 7 fragmentos
de acrílico, se recompone en el soporte
que le ofrece la pared blanca. Se deja
ver, entonces, a un joven en el instante posterior a lanzar algún tipo de proyectil. El visitante ocupa el lugar
opuesto, justo hacia donde se lanzó la piedra. Somos los contrarios, el enemigo
de este manifestante en plena actividad de protesta. Sacco nos ubica del otro lado de una frontera invisible. La
imagen es violenta y nos increpa.
Nosotros somos simplemente espectadores inmóviles, pero la intensidad de
la imagen nos provoca como si realmente hubiéramos recibido el impacto del
proyectil arrojado. ¿Quién es este joven? ¿A dónde
va tanta furia?
El combate perpetuo, de Graciela Sacco (2001 – 2010)
Instalación lumínica - Fotoserigrafía sobra fragmentos de acrílico y fuente de
luz / Dimensiones variables.
La muestra se compone, además, por otras
obras que abren más preguntas e inquietudes. Sacco se obsesionó con los límites
del otro, las fronteras y la injusticia, sobre todo de temáticas sociales. Se
exhibe también la abismada "Cualquier salida puede ser un encierro", en donde nos
vemos cubiertos por un mar indefinido y se nos obliga a caminar sobre unas
tablas en un espacio cerrado. Lamentablemente Graciela Sacco hoy ya no está
como para contarnos sus comentarios sobre qué le parece esta muestra y peor aún
sus obras nos dejan un montón de
preguntas sin respuestas.
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