¿Caballo de madera? Las esculturas de Deborah Butterfield...
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"Deborah Butterfield: New Sculpture"
Danese/Corey Gallery,
New York.
01/06/17 - Con un acercamiento emocional tanto como perceptual
Butterfield (USA 1949) hace emerger de la figura del caballo una pieza con
impecable precisión.
"Deborah Butterfield: New Sculpture"
Danese/Corey Gallery,
New York.
A pesar de la inmovilidad de la escultura el espíritu del
animal se nos representa vivo en estas formas de casi una tonelada de peso para
las de mayor tamaño.
Pine Forest, de Deborah Butterfield (2016)
Bronce patinado / Medidas: 91 x 114 x 47.5 pulgadas
La recolección de deshechos naturales por todo Alaska como de plásticos coloreados de Islandia y Hawaii que Deborah
Butterfield atesora y luego organiza son
la materia prima de sus obras. Estos elementos salvados de su trágico destino pasan
a formar parte de la belleza natural del animal. El plástico aparenta haber
sido usado por la artista tal cual lo ha obtenido, sin embargo los desechos
naturales llevan otro proceso.
Kokai, de Deborah Butterfield
Bronce Patinado / Medidas: 38.75 x 47 x 12 pulgadas
Orenji, de Deborah Butterfield (2016)
Bronce Patinado / Medidas: 25.75 x 26.5 x 10 pulgadas
Desde 1979 Butterfield usa bronce fundido a partir
del molde que le brindan las piezas de
madera que recolecta. Estas piezas son elegidas casi intuitivamente para dar forma al esqueleto o a las
patas del caballo que la artista tiene en su memoria. Acercarse a la escultura es
imprescindible para entender que lo que se ve no son ramas sino metal, luego de
la experta pátina que la artista realiza sobre el bronce fundido.
"Deborah Butterfield: New Sculpture"
Danese/Corey Gallery,
New York.
Las líneas que delimitan las ramas no
sólo van formando un dibujo exacto del animal, sino que crean espacios de
acumulación que asemejan músculos y hasta gestos listos para producir un
movimiento.
"Deborah Butterfield: New Sculpture"
Danese/Corey Gallery, New York.
Estos fantasmas están distribuidos en la galería Danese /
Corey del barrio de Chelsea de New York. Butterfield pretende alejarse del rol
del caballo como mera propiedad del hombre para reflejar a una
criatura libre en donde la naturaleza está representada en esplendor. Vale
destacar que el contenido emocional que reflejan las esculturas trae a la
memoria las piezas solitarias de representación humana de Alberto
Giacometti.
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