80 años del Guernica...
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04/05/17 - En enero de 1937, Pablo Picasso (España, 1881-1973) es visitado en su
casa de París por una delegación del Gobierno de la República Española. ¿El pedido? El mural central del
pabellón de España para la Exposición Internacional de París. Sería el
momento perfecto para denunciar la guerra
que vivía España contra las tropas de
Franco. Picasso aceptó, pero las musas se habían esfumado y no encontraba el
tema para su obra.
A finales de abril las noticias del
brutal bombardeo que los aviones alemanes había infligido a la localidad vasca
de Guernica lo conmueven. Unos días más tarde, en un lienzo de 3.5 x 8 mts Picasso ya tenía claro lo que debía hacer: mostrar al mundo su visión del
horror de la guerra. No fue un tarea sencilla, realizó boceto tras boceto hasta llegar a la figura perfecta
para lograr el aura de protesta que tenía en mente. Debía haber un toro y un
caballo, pero era necesario que la inocencia de uno y el lamento del segundo
quedaran bien definidos. Picasso se focalizó también en las manos: ¿Cómo
representar esta pequeña parte de una víctima del horror?
Bocetos para el Guernica. Pablo Picasso. Junio 1937
Mano de Guerrero, de Pablo Picasso (1937)
Técnica: lápiz y aguada sobre papel / Medidas: 23.2 x 29.3 cm
Quizás lo más dramático para el artista
fue la mujer con el hijo en brazos, sobre la izquierda de la pintura. Pasaban los bocetos y todavía Picasso no estaba
conforme con el resultado.
Mujer con su hijo, de Pablo Picasso
Boceto
para el Guernica.
El cuadro poco a poco se fue definiendo
hasta llegar a ser un grito mudo contra la guerra, aunque al observarlo, casi que se
puede escuchar el llanto de la mujer que pide al cielo clemencia y el relincho del caballo espantado.
Primer versión del Guernica. Picasso.
Muchos adjetivos surgen frente al
Guernica: poderoso, fuera de serie, vigente. Lo cierto es que es un mensaje contra la violencia que aún nos
sigue desafiando. Frente a él sólo se siente desamparo y desolación.
Picasso trabajando en el cuadro en su
estudio de Grands-Augustins (Paris) en 1937
Para seguir leyendo... "Guernica. La historia de un ícono del
siglo XX", de Gijs van Hensbergen.
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