Tomás Sarraceno en el Moderno: Cómo atrapar al universo en una telaraña... (Parte II)
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13/04/17 - En el segundo subsuelo del Museo de Arte Moderno se exhibe,
en una sala completamente a oscuras, la segunda instalación creada por Tomas
Sarraceno: Orquesta Aracnocósmica. Allí un reflector ilumina una estructura
donde se mece una sola araña (de la especie Nephila clavipes), en medio de su
tela. El haz de luz en su recorrido muestra las partículas de polvo que están
suspendidas en el aire y una pantalla gigante las proyecta en la pared
contraria. A medida que las
partículas se mueven y chocan entre sí son registradas por una cámara en vivo
que apunta su velocidad y la transforma, por medio de sofisticados algoritmos,
en sonido. Al mismo tiempo el sonido del choque de partículas (que se
reproduce a través de dos decenas de parlantes) produce vibraciones imperceptibles
en la tela de la que pende la araña. Este nuevo sonido es detectado por unos
micrófonos supersensibles que lo amplifican y se suman a la música anterior.
Los encontronazos entre las partículas, las vibraciones de la tela y los
movimientos de la araña producen, entonces, una música de lo más extraña.
Orquesta Aracnocósmica, de Tomás Sarraceno (2017)
Museo de Arte Moderno
Según el artista y su equipo de colaboradores, el polvo de
la sala es polvo cósmico, ya que se cree que caen sobre el planeta partículas
que pertenecen a la estratósfera y conviven con nosotros. Por lo tanto la
exposición avanza desde la pequeñez de la araña hacia la inmensidad del
universo.
Ahora, ¿qué ocurre cuando visitamos la instalación? A medida
que los espectadores entran en la sala, el polvo cósmico de la misma va
cambiando sus sonidos porque los encontronazos son diferentes, como así también
es diferente la vibración en la telaraña. Por lo tanto, en un mismo lugar, los humanos,
la araña y las partículas crean un concierto único en cada visita. En esta era
de la tecnología, Sarraceno logra que nos asombremos con la Naturaleza y la
grandiosa presencia de la araña.
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