Intimidad: Renoir en el Museo Thyssen de Madrid...
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06/02/16 - Si pensamos en Pierre-Auguste Renoir (Francia, 1841 –
1919), tal vez lo primero que nos venga a la mente sea la imagen de diversión
en un día soleado en París, como en "El Moulin de la Gallette", pero según el comisario del Museo Thyssen de Madrid,
Guillermo Solana, una gran parte de la obra del maestro francés está centrada en la intimidad. Renoir quería hacer entrar al espectador a la escena y
mostrarle la cercanía en un abrazo, en la figura de una mujer o una niña. Una
cercanía que tiene que ver con el sentido del tacto además del de la vista,
casi como si uno pudiera tocar la silueta presentada.
Entre todos los núcleos curatoriales presentados en esta
exposición, resalta el de los retratos y el de los desnudos. En la serie de las
monumentales bañistas al aire libre, el artista evita las referencias a la vida
moderna. Los colosales cuerpos tienen mucho de
Miguel Ángel o de Rubens. Estas mujeres están situadas en una naturaleza
atemporal, totalmente idealizada, fuera de lo que proclamaba el
impresionismo reinante del momento. En ellas se destaca la riqueza de sus
abultadas formas, el colorido y, por sobre todo, la sensualidad. Las cabezas
son pequeñas en relación al cuerpo, lo que las vuelve casi desproporcionadas.
Las extremidades, sobre todo los pies, resultan masculinos por su tamaño. Otra
vez aparece Miguel Ángel, ya que se sabe que el artista del renacimiento se
valía de modelos masculinos para todas sus obras y Renoir se mantiene fiel a
esa imagen.
Eurídice, de Pierre-Auguste Renoir (1898)
Técnica: óleo sobre lienzo / Medidas: 89 x 116 cm
El caso de la obra "Eurídice" es particular
porque, como recuerda Tomás Llorens en una nota para el diario El País, la adquiere Picasso en 1920, aproximadamente. No compra la pieza como coleccionista,
sino porque atesoraba aquello que le era funcional a su propia pintura y esto
es lo que ocurre con la obra de Renoir. Las bañistas le eran funcionales para
crear las suyas propias. Mirando a Eurídice, uno recuerda los descomunales desnudos de Picasso de la década del veinte. Se dice, también, que el español
admiraba del viejo maestro sus maternidades y los retratos de hijos. Renoir fue
la fuente del período clasicista de Picasso y, a pesar de la admiración que le
tenía, además de la cantidad de cuadros que le había comprado, nunca quiso
recibirlo personalmente.
Gran Bañista, de Pierre-Auguste Renoir
Técnica: óleo sobre lienzo / Medidas: 97.1 x 73 cm
La trenza, de Pierre-Auguste Renoir (hacia 1886 – 1887)
Técnica: óleo sobre lienzo / Medidas: 57 x 47 cm
En la exposición abundan las obras que muestran a mujeres
jóvenes solas, sentadas o concentradas en alguna actividad, siempre en actitud
intimista.
Retrato de la mujer de Monet, de Pierre-Auguste Renoir
(hacia 1872 – 1874)
Técnica: óleo sobre lienzo / Medidas: 53 x 71.7 cm
Si bien hay otras pinturas, más de 70, que proceden de los
museos y colecciones de todo el mundo, las desconocidas para el público en
general son las más sorprendentes y las más íntimas. El predominio del volumen
y de la materia como medio para plasmar esa intimidad es lo que vincula a la
obra con el visitante. Lamentablemente las fotos en la exhibición estaban
prohibidas por lo que las imágenes son de sitios web y algunas aparecen
recortadas. Sin embargo, el plegable gratuito brinda información sobre cada uno
de los núcleos curatoriales y sobre las obras expuestas.
Para seguir leyendo... "Picasso, Renoir y la vulgaridad", de T. Llorens. El País, sábado 3 de diciembre de 2016.
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