Monumenta 2014...
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El Grand Palais de París aloja por estos
días la instalación que los artistas Ilya y Emilia Kabakov crearon para la
sexta edición de Monumenta, una exhibición que se produce cada año en los
13.500 mts2 que supo albergar, en otros tiempos, a la Feria Internacional.
La instalación de los Kabakov, titulada “La
Ciudad Extraña”, consta de una estructura metálica con sonido y cambio de
colores, que le da la bienvenida al espectador.
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle
de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña aparece luego: una
serie de pequeñas casas estilo mediterráneo, conectadas unas a otras.
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
En la primera de ella: Un museo sin obras…
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
En otra de las casas, las obras
corresponden a puertas de todo tipo (algunas pintadas, otras talladas) y a
instalaciones de puertas. Los artistas se refieren poéticamente a ellas como:
- Eso que nos deja salir pero no nos deja
entrar…
- Nunca las vemos cuando somos chicos,
sino que aparecen al final, cada vez más seguido…
- El tiempo pasa y ellas están allí,
inmóviles…
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
La Ciudad Extraña, de Ilya Kabakov (detalle de la instalación)
Monumenta - Grand Palais, 2014
En otras de las casas se recrea el modelo
de la ciudad utópica de Manas, al Norte del Tibet (existió sólo en la
imaginación de sus creadores, fascinados por las leyendas acerca del reino de
Shambhala). La ciudad tenía dos niveles: uno, el de la vida de todos los días
sobre la tierra y, el otro, que estaba en contacto con el mundo espiritual (el
cosmos). Este contacto ocurría cuando los habitantes ascendían a los picos de
las ocho montañas que formaban un anillo alrededor de la ciudad. Allí podían recibir
energía cósmica, interactuar con civilizaciones de extraterrestres o llegar al
Jardín del Edén.
La misma ciudad se reflejaba durante ciertos
días del año en el cielo: la terrenal Manas era una copia exacta de la
celestial Manas…
La visita continúa, llena de
espiritualidad, con una casa dedicada al encuentro con un ángel. Los artistas
proponen:
“Un encuentro con un ángel en la vida
real es virtualmente imposible. Pero nada más alejado de la verdad. Todo lo que
se necesita es tratar de que ese encuentro tenga lugar en aquellas
circunstancias que son extremas, especialmente en aquellos momentos críticos de
la vida de una persona. Está en nuestro poder crear la situación para tal
encuentro”.
Para lograr el encuentro, el individuo “espiritual”,
necesitado del ángel, construyó una escalera hasta el cielo…
Y el ángel llegó a su encuentro…
La instalación tiene una mirada hacia
aquellas obras del Renacimiento, donde los ángeles ocupaban el espacio superior
(celestial) del cuadro, como en La Santa Conversación de Niccolo Pisano o en El Nacimiento de la Virgen de Jacob van Oostanen.
Aunque todo parezca nostálgico, según Emilia Kabakov,
la exhibición no es acerca de la nostalgia, sino sobre el bagaje cultural y los
recuerdos del pasado. Recuerdos que no sólo le pertenecen a ella y a Ilya, sino
a todos los individuos del mundo.
Ilya Kabalov nació en Rusia hace 81 años,
actualmente vive y trabaja en los Estados Unidos. Emilia es su esposa,
colaboradora y artista también.
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