Sillas en el Arte... o sentate un minuto...
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Parte de lo maravilloso del arte reside en esa capacidad de mirar las cosas más simples de la vida cotidiana desde otra perspectiva... Tomar objetos comunes y convertirlos en un suceso artístico...
Una y tres sillas, de Joseph Kosuth (1965)
Materiales y medidas: silla plegable de madera (82 x 37.8 x 53 cm), copia fotográfica de la misma (91.5 x 61.1cm) y ampliación
fotográfica de la definición de silla de un diccionario (61 x 61.1 cm)
Una silla tiene, de un lado, una fotografía
de sí misma y, del otro, una definición de la palabra silla. Tanto la foto, como las
palabras, describen una silla. ¿Para qué entonces poner también una silla real?
Cuando el espectador se hace esta pregunta, se introduce en los procesos que
demanda el arte conceptual. Según el artista Joseph Kosuth (EE.UU., 1945) esta forma de arte se basa en una indagación
de la naturaleza del arte. Lo cual significa que la silla verdadera, la foto o las palabras son distintas
demostraciones del concepto de silla. Lo mismo visto de otro modo: una manera de examinar, a partir de todas las
implicaciones de la silla, todos los aspectos del concepto “arte.”
Una y Tres sillas es la primera
instalación conceptual. El nombre de la obra puede resultar ambivalente, sin
embargo es claro que hay una silla (el objeto) y también son tres sillas
(considerando las palabras y la foto: el concepto de silla).
TH 15 05 (Serie Thoneteando), de Pablo Reinoso (2005)
Materiales: madera / Medidas: 57 x 180 x 74 cm - MALBA
El artista Pablo Reinoso (Bs.As. 1955, vive y trabaja en
París), estira la silla de manera extraña, desafiando nuestra concepción de la
madera como material. Una silla así, comparada con nuestra comprensión de dicho objeto en
términos de forma y función, ya no sirve para sentarse: se convirtió en algo
más.
Técnica: acuarela sobre papel / Medidas: 98. 4 x 109 cm - MNBA
Otra silla imposible. El artista decidió adosarle otras figuras, dando como resultado, un conjunto algo perturbador. Es
como la imagen de un recuerdo poco claro
que tenemos sobre un hecho de la infancia, en donde los objetos aparecen en
nuestra memoria como entremezclados. Lo cierto es que hay algo de surreal y
mágico en esta obra de Guillermo Roux (BsAs, 1929), donde demuestra un manejo de la acuarela poco
frecuente.
Para seguir leyendo... AAVV, Arte Argentino para el tercer
milenio, Buenos Aires (2000), MoMA Highlights 350 obras del Museum of
Modern Art New York, 2009
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