Bañistas en Saatchi-Yates...
15:3010/08/23 - Saatchi-Yates, la novísima galería londinense, se destaca (y cada vez más) por sus muestras con curadurías de museo. Para este verano europeo tapizó las paredes de la sala con pinturas relativas al mar, a las piscinas y a los personajes que disfrutan en esos espacios. La muestra se llama Bathers y se exhiben artistas desde Picasso a Damien Hirst, pasando por óleos del siglo XVII y XIX.
Two Similar Swimming Forms in Infinite Flight, de Damien Hirst (1993)
Materiales: Acrílico, aluminio pintado, tiburones y formol / Medidas: 83 x 274 x 285 cm
Golden Rescue, de Benjamin Spiers (2023)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 120 x 110 cm
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 248,92 x 279,4 cm
Con surrealismo, Spiers (UK, 1972) creó una heroína del rescate, tal como las que se presentaban en la serie norteamericana Baywatch, interpretada (entre otros) por Pamela Anderson. La actriz repetía una escena que se volvió famosa: en cámara lenta, corría por la playa para salvar a alguien que se estaba ahogando en el mar. El artista exagera su cabellera dorada cayendo absurdamente sobre su rostro.
En cambio Eric Fischl (USA, 1948) nos ubica como observadores de una escena en escala monumental (casi tres metros de ancho) en la que no nos queda claro qué está ocurriendo en la pileta del patio de esta casa. Cuando nos detenemos y tratamos de comprender la acción descubrimos que la conexión entre los personajes resulta extraña, lo mismo que sus actitudes.
Gregory in the pool (Paper Pool 4), de David Hockney (1978)
Green Bather, de Angela Santana (2023)
No podía faltar David Hockney en las escenas de pileta, aquí retratando a su amigo Gregory en una pintura que se acerca a la abstracción. Por último, Angela Santana (Suiza, 1986). En Green Bather la artista define su figura desde un punto de vista diferente, no de frente sino desde abajo, mostrando un cuerpo ancho y de bordes indefinidos. Según ella misma relata se trata de “ una imagen poderosa”.
En definitiva la muestra nos invita a recorrer una variedad tempestuosa, donde queda expuesta la condición humana o viviente en todas sus formas: las distintas vestiduras, los variados cuerpos, la inocencia o la sexualidad y hasta la muerte con el tiburón de Damien Hirst. Se revela, entonces, una preocupación de los artistas relativa a la combinación del agua con un ser que a través de toda la historia del arte se mantiene presente.
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