Un poco de Giacometti...
13:0806/06/23 - Alberto Giacometti (Suiza, 1901-1966) se interesó por la escultura desde su niñez, quizás porque provenía de una familia de artistas. De niño pasaba tiempo en el estudio de su padre, donde produjo sus primeras piezas. Si bien comenzó a estudiar en la escuela de artes de su ciudad, su deseo por conocer los trabajos de otros artistas fue más fuerte y emigró a París (la gran capital del arte en ese momento) y alli comenzó la verdadera aventura. Es así como gracias a su poderosa imaginación y energía para representar las formas humanas la escultura supera límites insospechados para las primeras décadas del siglo XX.
Comencemos este recorrido:
Objeto, de Alberto Giacometti (1931-32)
Mármol
Ya en Paris modeló sus primeras obras siguiendo las formas de Auguste Rodin, pero repentinamente abandonó el naturalismo por la extrema simplificación (observada en las estatuas del 4000 al 1100 BC provenientes de Grecia) Objeto en mármol es la reducción máxima de una figura. Con pocos cortes y un solo punto de vista (el frontal), esta escultura nos adentra en el quiebre que Giacometti provocará en la historia del arte.
The nose, de Alberto Giacometti (1947)
Yeso, metal
En 1947 la reciente muerte de un amigo lo lleva a crear una estructura básica y simple, pero llena de agonía en The Nose. Una cabeza pende de un hilo, como si fuera una araña que cuelga de su tela, las mejillas hundidas, la boca aparentemente abierta, como si exhalara el último aliento, y la nariz exageradamente pronunciada.
Busto de Annette IX, de Alberto Giacometti (1964)
Bronce
Annette de pie, de Alberto Giacometti (1954)
Bronce
Giacometti creó numerosos retratos de su mujer Annette, reflejando la obsesión con su musa. Tratando de captar la realidad de la modelo aplica una cuota de intensidad psicológica para ejemplificar la relación con el ser querido. Annette, quien fue su esposa desde 1949, se dedicó a posar para el artista varias horas de su vida. Así, en la década del 1950, da inicio a un período que Jean-Paul Sartre describe como: “la imposible búsqueda de lo absoluto” en relación con la representación del rostro.
Petrificada, de un solo punto de vista (el frontal), hierática en su actitud, el Busto of Annette desprende la intensidad de una diosa de la antigüedad.
Walking man, de Alberto Giacometti (1960)
Yeso
Después de la Segunda Guerra sus trabajos se vuelven a reencontrar con el realismo y nacen las figuras que caminan. Son esculturas emblemáticas en donde un hombre desnudo, en soledad avanza frágil, pero determinado (lo que dejó la guerra). Esta serie de esculturas lograron precios exagerados en las subastas y forman parte de las colecciones permanentes de los museos más importantes del mundo.
The Cat, de Alberto Giacometti (1951)
Yeso pintado
Finalizamos este recorrido histórico por las obras de Giacometti con The Cat, uno de los pocos animales que el artista representa. La imagen es simple pero fácilmente reconocible y, a pesar de que le agregó algunos detalles en la cabeza, reconocemos su esencia en la extrema horizontalidad de su delgada y elongada figura.
Imposible no compenetrarse con estas esculturas y las preguntas filosóficas sobre la condición humana luego de una guerra que surgen del trabajo de uno de los principales artistas del siglo XX.
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