20/03/23 - Esta construccion en mármol y piedra esculpida, con numerosas imágenes (de las cuales han sobrevivido sólo algunas) es, según se cree, un altar dedicado a la Pax Augusta, de acuerdo a las palabras del propio emperador:

“Cuando volví a Roma desde Hispania y la Galia, habiendo obtenido exitosos logros en mis hazañas por aquellas provincias, durante el consulado de Tiberius Nero y Publius Quintilius, el senado decretó que se consagrara un altar por la Paz Augusta junto al Campus Martius por mi retorno, y resolvió que los magistrados, los sacerdotes y las vírgenes Vestales realizaran allí sacrificios anuales.”

(Res Gestae 12,2)

El altar, entonces, dedicado a Pax, una diosa venerada por todos los que habitaban tierras Augustas, glorificaba las hazañas del emperador, como él mismo lo dijo. 

La sanción del decreto para la construcción de Ara fue ratificada en el año 13 A.C., justo cuando Augusto volvía de los Alpes, luego de 3 años de campaña. Sin embargo se finalizó en el año 9 A.C.

Con respecto a la arquitectura: Este altar sacrificial encerrado en un recinto, tendría sus paredes  totalmente cubiertas de relieves y de frisos ornamentales, pero lo que más se destaca es la diferencia de altura entre el frente y la parte posterior (La irregularidad es el resultado del desigual nivel de los pasajes entre los que se construyó) 

El Altar de la Paz desapareció durante la Edad Media. En el siglo XVI se encontraron algunos restos y su reconstrucción total se llevó a cabo en 1938.

Hoy se exhibe en solitario en un espacio construido especialmente cerca de la Universidad de Roma.