08/02/2020 - En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, se exhibe Goya, tres lecturas: la mujer, la guerra y el rostro. Si bien varias veces tuvimos la oportunidad de visitar muestras de los grabados del artista español (1746-1828), aún hoy no podemos dejar de sorprendernos por sus  imágenes tan realistas y conmovedoras. De esta exhibición analizaremos el núcleo curatorial referido a la mujer, por la importancia que Goya le dio a la presencia femenina y por la simbología que conlleva.

Nadie se conoce, de Francisco Goya (1797-1799)

Caprichos 6

El texto de sala nos introduce en este mundo gráfico y cuenta que el artista aborda una temática femenina en la serie de los Caprichos y en los Desastres de la guerra. Si bien Goya representa a la negatividad con un personaje masculino, a la mujer la exhibe con fortaleza y a su vez con sensibilidad. Pero hay que destacar que la figura femenina es casi siempre una simple espectadora juiciosa. 

La filiación, de Francisco Goya (1797-1799)

Caprichos 57

Recordemos que Goya vivía en una sociedad beata y supersticiosa. Con la virulencia desatada en los grabados rechaza las formas imperantes y el retraso en que está sumergida España con respecto al resto de Europa. Como un artista de su tiempo, que está en contra de lo que acontece, no se apega a ninguna de las formas artísticas imperantes que se exhibían en el resto del continente. 

Cada escena de Goya es un relato complejo, aunque los títulos marquen un tema dominante, existen derivaciones secundarias en donde no debemos ser muy perspicaces para notarlas. Las expresiones de la mujer son de lo más variadas, Goya reserva para ella un rostro y unas miradas completamente opuestas a las de las figuras masculinas. Sin dudas el artista le dedicó a la mujer los únicos papeles positivos y como símbolo de la  verdad. 

¿Quién más rendido?, de Francisco Goya (1797-1799)

Caprichos 27