Petra...
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05/11/19 - Petra (piedra), la capital del reino de los nabateos, fue descubierta en 1812 por el explorador suizo Johann Burckhardt, quien prácticamente tuvo que convertirse en un beduino para acceder a ella. De todas las ruinas que aún se conservan, la estrella es Al Khazneh o El Tesoro, una edificación excavada en las rocas del valle de la Aravá con una fachada totalmente cubierta de columnas y relieves. El instante de vislumbrar Al Khazneh, luego de recorrer casi en penumbras el pasadizo entre montañas (Siq de aproximadamente 3 km) que conduce a la ciudad, es una experiencia imperdible para los peregrinos del arte.
Se cree que, El Tesoro, fue construido como mausoleo para algún rey nabateo, que debe haber sido muy importante y acaudalado, ya que tiene como medidas 39 metros de altura y 28 de ancho en el exterior. Aunque otros cuentan que un faraón egipcio, en su huida, encomendó la construcción para esconder un tesoro en la urna de la cima (Por eso el nombre que aún conserva este edificación)
La talla sobre la pared de arenisca roja de la fachada es de una perfección abrumadora y consta de una cúpula en forma de urna, ubicada en la glorieta central de la parte superior (hoy cubierta de orificios de bala, pues los beduinos le dispararon creyendo que allí estaba escondido el tesoro) En el nivel inferior se visualizan seis columnas, con relieves escultóricos a los lados (Se trata de figuras humanas vestidas con mantos y portando atributos) En el nivel superior se identifica, también, un ave, posiblemente un águila que simbolizaría a alguna deidad nabatea. Recientemente se descubrió que el labrado de la fachada se efectuó desde arriba hacia abajo y que los escultores antiguos deben haber buscado minuciosamente la superficie rocosa ideal para esculpirla.
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