La obra de Leonardo que batió todos los records: Salvatori Mundi...
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“Salvatori Mundi es una pintura de la
figura más icónica del mundo creada por el artista más importante de todos los
tiempos”.
Con esta frase de Loic Gouzer comenzó la
subasta de Christie’s el pasado 16 de noviembre en New York. La puja se inició
en 75 millones y llevó sólo 20 minutos
para que un comprador al teléfono, que
resultó ser el Príncipe saudita Bader, se la llevara por 450 millones. Todo un
récord en el mundo del arte para una pintura que se creía había sido destruida, hasta que se supo que estaba en manos privadas.
Se trata de un óleo sobre madera de la figura de Cristo como Salvador del Mundo, ubicado de
frente, mirando al observador y vestido con una túnica holgada en azul y
rojo. Sostiene en su mano izquierda una esfera de cristal y la derecha está levantada en señal de bendición. El
rostro tiene una expresión serena e indescifrable, como si fuera la imagen
masculina de La Gioconda. Es, entonces,
la imagen naturalista de Jesús, expresado
como un ser humano común. El rostro parece estar rodeado de niebla debido al característico sfumato de
Leonardo. Aún más, para construir la
perfecta simetría de la obra, el artista se valió de una serie de cálculos matemáticos
basados en el número de oro (una serie de proporciones de las que se valían
los artistas en el Renacimiento).
La obra data del 1500 y fue catalogada
por primera vez cien años después de haber sido creada, como parte de la Real Colección del Rey Carlos I. Se
cree que estaba ubicada en el cuarto de su esposa, Henrietta María. En 1763 fue vendida al Duque de Buckingham y años más tarde
se subastó cuando el palacio británico pasa
a nuevos dueños. No se supo nada de su paradero hasta 1900 en el momento en que es adquirida por Sir Charles Robinson como un
trabajo atribuido a un discípulo de Leonardo, Bernardino Luini. En 1958 fue subastada por Sotheby’s en 45 libras. Otros 50 años pasaron sin saberse de su
paradero hasta que en 2005 los poseedores explicaron que la habían adquirido
por 10.000 dólares en circunstancias poco claras. En 2011 se proclama como un Leonardo genuino y
se exhibe en la National Gallery de Londres. Se dice que en 2013 el billonario
ruso Dmitry Rybolovlev la adquiere por 127 millones en una venta privada.
La autenticidad de la pintura aún
despierta dudas. Algunos expertos comentan que los misteriosos reflejos de Leonardo no se observan en la esfera de cristal. El globo representa, según la religión
católica, el dominio de Cristo sobre el mundo terrenal. Se duda que el
artista, siendo un estudioso de los efectos ópticos, no haya pintado la imagen
detrás del cristal que en la realidad debería reflejarse. Además la tabla de
nogal, que es la base de la obra, fue atacada por gusanos y aparentemente el
panel se quebró a la mitad dañando considerablemente el trabajo original. De
manera que con las sucesivas pintadas y restauraciones es difícil discernir
cómo era realmente la pieza creada en un principio.
Sin embargo pareciera que la pintura emanara
el aura de Leonardo y que el universo se hubiera complotado para que todo
pasara cerca de las celebraciones religiosas de fin de año.
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