13/11/17 - El Petit Palais de París, tradicional espacio que alberga una extraordinaria colección de obras, principalmente francesas de finales del siglo XIX y principios del XX, fue intervenido por el fotógrafo Andrés Serrano (EEUU, 1950). No es la primera vez que ocurre: desde hace tres años, el Petit Palais invita a un artista contemporáneo para que sus obras dialoguen con la colección permanente. Se trata, siempre, de una figura disidente de la escena artística internacional y Serrano forma parte de ese grupo. Ahora, entrometer obra contemporánea entre los Delacroix, Courbet y Cezánne exhibidos es todo un desafío, pero el fotógrafo sale más que airoso.

La curaduría montó los trabajos de Serrano en paneles que permiten observar las fotos y dejan ver, a su vez, a la obra clásica con la que se relacionan. La comparación resulta instructiva, lo cual es un acierto que enriquece y pretende comprobar si hubo, o no, cambios en la humanidad.

Mary (Nomads), de Andres Serrano (1990)

cibachrome edition 2/4 

Detrás: La Femme aux gants (La Parisienne), de Charles Giron (1883)

Técnica: óleo sobre tela

Les Halles, de León Lhermitte (1895)

Técnica: óleo sobre tela

Meat. Old City of Jerusalem, de Andres Serrano (2014)

Tirage Pigmentaire, 2014

Sobre la derecha: Untitled XXV-1 (Torture), de Andres Serrano (2015)

Tirage Pigmentaire

La Vallé de Larmes, de Gustave Doré (1883)

Técnica: óleo sobre tela

Sobre la derecha: St Michael’s Blood, Part I, Part II (Inmersions), de Andres Serrano (1990)

Sobre la izquierda: Le Printemps, de Paul Cézanne 

Técnica: óleo sobre tela

Sobre la izquierda: Ryan McMahon and Shelley Cornetta McMahon (The Residents of New York),  de Andrés Serrano (2014)

Sans asile, de Fernand Pelez (1883)

Las tomas dejan en claro la tradicional educación de Serrano, que admira las pinturas renacentistas y del Barroco, particularmente a Caravaggio. Su trabajo nos obliga a fijar la vista o a contemplar (usando un término clásico en referencia a cómo observamos una obra), aquellas cosas que evitamos o ignoramos.

Este museo, a pesar de ser un lugar frecuentado por el turismo internacional, sólo presenta las cartelas en francés. Por otro lado el extraordinario montaje se desmerece ya que las luces de la sala se reflejan en la superficie de las fotos, complicando la visual.