Colección Coppel...
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13/03/17 - Tres colecciones privadas
latinoamericanas salieron de su espacio de gestación para exhibirse en Madrid.
En otros posts comentamos "Una mirada a la colección Costantini" y la Colección Hochschild. Hoy nos ocuparemos de la tercera de ellas: la colección de Isabel y Agustín Coppel, de
México, que se presentó en la Sala de Arte Santander, ubicada en la Fundación Santander, a unos 30 kilometros de Madrid.
Los curadores Patrick Charpenel y Magnolia la Garza eligieron de dicha colección 120 obras de 58 artistas
internacionales contemporáneos, que fueron divididas en cinco núcleos: Pedagogía, Identidad,
Territorio, Economía y Comunidad.
Digna de museo, la muestra recibe al
espectador con dos piezas de Tunga (Antonio José de Barros Carvalho y Mello
Mourao), tituladas "La Bella y la Bestia" y "Espíritu Santo", pertenecientes al núcleo
curatorial Identidad. De grandes dimensiones, en material pulido y
con aire ceremonial, entre totémico y orgánico, las obras se fundían en el
ambiente en perfecta bienvenida.
Espíritu Santo, de Tunga (2007)
Materiales: aluminio fundido, alambres de hierro trenzados cubiertos con nylon,
resina epoxi y lienzo de hierro galvanizado con zinc
La Bella y la Bestia, de Tunga (2001)
Materiales: Bronce, hierro, bronce chapado en cobre, esferas de cobre sobre taburetes con
bastones.
Tunga recibía y abría el camino hacia el
segundo núcleo curatorial, llamado Educación y donde el artista
norteamericano Gary Hill sorprendía con una video-instalación. Hill quiso saber cuánto tiempo se tarda en aprender un segundo idioma o dominar
una ola surfeando. "Curva de aprendizaje" propone una reflexión sobre cómo se
adquieren los conocimientos. El mobiliario que compone la pieza remite al
sistema educativo tradicional y el video que muestra una ola que rompe una y
otra vez alude a la repetición, a la práctica constante que permite adquirir
una habilidad.
Learning Curve, de Gary Hill (1993)
Técnica: videoinstalación
Frente a "Learning Curve", un argentino y
un coreano completan la sala. Se trata de Santiago Cucullo y Do Hu Suh. El primero propone un grupo de figuras fantasmagóricas sobre la pared, apenas
perceptibles, y el segundo una serie de ínfimos personajes de poco centímetros
que, con sus manos, sostienen una pieza transparente por la que se puede
circular. Cucullo, con "Si no, entre", refleja la imagen promocional de la película "Los amos de la noche", de 1979, que cuenta la historia de una pandilla de New
York. Cucullo nació en Buenos Aires pero está radicado en Estados Unidos. Sus
imágenes, entre abstractas y representativas, cuestionan los límites tanto como hacen referencia a los grafitis
ilegales. La obra de Do Hu Suh representa la fuerza
de una colectividad de forma sencilla y directa: los pequeños hombres y mujeres
soportan el peso de los visitantes que circulan sobre ellos.
Si no,
entre, de Santiago Cucullo (2004)
Materiales: papel contacto sobre muro
Modulo de suelo, de Do Hu Suh (1997- 2000)
Materiales: 4 placas de vidrio con figuras en PVC
En el núcleo de Economía se incluyó al
grupo Superflex, con la obra "Bancos en Bancarrota", una singular pieza que
recuerda a un memorial. Se trata de 17 paneles rectangulares negros sobre los cuales se leen los nombres de los bancos que
quebraron en 2008. Con el mismo tono
solemne como usualmente se recuerda a las víctimas de una catástrofe, aquí se registran los estragos de la crisis financiera. El grupo Superflex nació en 1993 en
Copenhague y está integrado por Bjornstjerne Christiansen, Jakob Fenger y Rasmus Nielsen.
Bancos en Bancarrota - 23 de agosto, de Superflex (2013)
Materiales: 17 paneles de MDF con letras de
vinilo.
Dentro del mismo núcleo, la obra de Abraham
Cruzvillegas es un collage escultórico con materiales encontrados que representa irónicamente a la pobreza y la economía mundial.
Autorretrato dando una
generosa propina sin tener en cuenta la crisis del petróleo, de Abraham Cruzvillegas (2012)
Materiales: pintura
acrílica sobre tabla de planchar, cobre, escurridor de botellas, hilo de
algodón, hierro, bolsas de compras y pelota de cuero para terapia.
En el núcleo curatorial de Comunidad se
incluyó a los artistas de una pasada bienal de Venecia Allora & Calzadilla
enfrentados a Michal Rovner.
Allora & Calzadilla, con un extenso
grabado sobre lino, evocan las celebraciones de Halloween en los cuarteles
militares de Estados Unidos durante las invasiones de Irak y Afganistán. La
imagen refleja a un grupo de soldados en actitud festiva disfrazados de
superhéroes icónicos que nos hacen reflexionar sobre la dualidad entre la guerra
y lo lúdico.
Michal Rovner colocó sobre una mesa 12
placas de Petri (donde se cultivan bacterias en los laboratorios) que parecen
contener microorganismos en movimiento. Sin embargo lo que se encuentra en los
recipientes son pequeñas figuras humanas. La “colonia de humanos” remite a la
noción de las grandes ciudades donde los
individuos son moldeados según las normas imperantes. Ubicados en un utensilio
de laboratorio, pretende demostrar la posibilidad de recolectar datos humanos
mediante la observación de grupos.
Entreacto (Halloween
Afganistán 1), de Jennifer Allora & Guillermo Calzadilla (2011)
Técnica: Grabado sobre lino
Zona de datos (mesa de cultivos n.1), de Michal Rovner (2003)
Técnica: Instalación
Por último, una obra incluida en el núcleo
Territorio que se presentó en dOCUMENTA (13): una
alfombra que reproduce, en proporciones
monumentales, un bosque con plantas que sirven para elaborar estupefacientes y venenos, más un video. En la obra original, el bosque era
natural y se sumaba una escultura con un panal de abejas, además de una
serie de lozas apiladas y una perra de raza Podenco color blanco, con una pata
pintada de rosa. La obra en el momento de su exhibición en aquella dOCUMENTA
permitió a los espectadores observar cómo a partir de una intervención humana
mínima se generaba todo un ecosistema capaz de sobrevivir y sustentarse a sí mismo.
Plano para Sin
cultivar, de Pierre Huyghe (2012)
Alfombra de lana pura hecha a mano
Un
camino en Sin cultivar, de Pierre Huyghe (2010 – 2013)
video 14 minutos
La Colección Coppel fue una explosión de
obras de excelente calidad, agrupadas en núcleos que lograron resaltar ciertas
características particulares de las piezas. Cabe mencionar el espacio como
digna sala de museo y la generosidad de Paloma Botín con los visitantes.
Vista general del espacio de la
Fundación Santander
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