Baile en Tehuantepec, de Diego Rivera (1886-1957)

Técnica: óleo sobre tela - 1928

Desde que el fundador del MALBA adquirió la pieza de Diego Rivera en 16 millones de dólares, el público argentino se muestra ansioso por contemplarla. El tema es que el cuadro tenía compromisos previos con muestras latinoamericanas en Estados Unidos, luego de las cuales Estrella decide llevarlo a la Real Academia de San Fernando, junto con las otras obras elegidas de la colección. La pieza de Rivera fue recibida en la institución con toda la solemnidad que se merece. Para darle lugar, se descolgó un Tiziano que estaba montado en solitario en una pequeña sala adjunta a la principal. Y se la acompañó con un óleo de José de Ribera del siglo XVII. Por esto, en palabras de la curadora, un Ribera recibe a otro Rivera, acentuando el intercambio entre las dos colecciones: la de la Real Academia y la de Costantini.

San Jerónimo penitente, de José de Ribera (1645-1650)

En un piso superior del museo se agruparon las piezas de arte argentino del siglo XX y, entre ellas, se destaca un Lucio Fontana que se montó en una pequeña sala de paredes grises. El contraste funcionaba a la perfección con el rosa dominante de la obra. El pequeño santuario creado por la curaduría era un imán para el público.

Concetto Spaziale, de Lucio Fontana (1962)

Las otras piezas se distribuyeron de manera tradicional en una sala rectangular. Cada una de ellas es tan particular y tan atractiva que juntas son el ejemplo perfecto de la producción argentina del siglo XX.

Esa misma noche, en la Real Academia, Eduardo Costantini recibió el Premio “A” al Coleccionismo que otorga la Fundación Arco.