02/06/16 - Anish Kapoor, artista indio de sesenta y dos años, decidió comprar un color: de hecho, un “no color”. Se trata de un pigmento negro, el más negro del mundo, llamado "Vantablack" y desarrollado por la firma inglesa Surrey Nano Systems.  Es la sustancia aplicable más oscura que se conoce, ya que absorbe el 99,965% de la luz. Esta magia se debe a un sistema de microtubos que consigue que la partícula luminosa rebote entre ellos y nunca llegue a reflejarse.
Kapoor lo emplea únicamente en sus esculturas, ya que una cláusula en el documento de compra indica que no puede ser utilizado con ningún otro fin que no sea el artístico. ¿Cómo es posible que un color pueda pertenecer a alguien? Lo cierto que no es la primera vez que ocurre. La ciencia se ha aliado con los artistas para que éstos últimos puedan proveerse de pigmentos. Michael Faraday, un químico y físico estudioso del electromagnetismo, aconsejaba a J.M.W. Turner. El fabricante de colores francés Panetier diseñó el verde Viridian para los impresionistas. Las teorías de color del premio Nobel Wilhem Oswald influyeron a Klee y Kandisky.  Obviamente el color más famoso del arte es el azul ultramar de Yves Klein, patentado en 1960 como Azul Klein Internacional.  Para lograr este pigmento, contó con la ayuda del fabricante parisino de reactivos químicos Edouard Adam.