Conociendo a Elías Crespín...
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23/05/16 - En el descanso del primer piso del MALBA se despliega una obra del arista venezolano (residente en París), Elías Crespín (1965). Se trata de una malla metálica que pende del techo, como una telaraña de perfecta geometría. Cada esquina de la pieza lleva un hilo invisible y adquiere vida mediante motores dirigidos por una programación informática.
En un desayuno organizado por el Museo, Crespín contó la influencia que ejerció sobre él su abuela, la artista Gertrud Goldschmidt (Gego), que también tuvo su exhibición en el MALBA hace unos años atrás. Fue ella quien le enseñó a doblar alambres. De sus padres, ambos matemáticos, aprendió a perderle el miedo a los algoritmos y a las representaciones de curvas. Con este bagaje y su empeño, nace en 2002 "Malla Electrocinética I" y, a partir de ese momento, nunca dejó de crear.
Malla Electrocinética, de Elías Crespón
Acero inoxidable, plomos, nylon, motores, equipo, interfaz electrónica
MALBA
Estas verdaderas coreografías geométricas, de movimiento orgánico y poético, llevan "un detrás de escena" que involucra cables y dispositivos electrónicos difícil de imaginar.
Una pieza de este artista pertenece al acervo del MNBA, donada hace unos años por una benefactora. La obra había sido adquirida en ArteBA a pedido del otrora director del museo: Rodrigo Alonso. Lamentablemente no está expuesta. La sala de cinéticos sería el nido perfecto, pero al exhibir sólo artistas argentinos, no hay cabida para el venezolano Crespín. Como sugerencia, se podría exhibir fuera de la curaduría, en el hall de entrada, por ejemplo. El suave movimiento de la pieza y la armonía que lleva producirían un encandilamiento inmediato en los visitantes que llegan al museo.
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