Judith y Holofernes...
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25/04/16 - Un relato bíblico cuenta la historia de
una joven judía llamada Judith que, durante la
invasión de la armada asiria a su pueblo, descubre que el general del ejército
invasor, Holofernes, se había enamorado de ella. Acompañada por su criada,
Judith desciende de su ciudad amurallada y sitiada por el ejército extranjero para ingresar en la tienda de campaña de Holofernes. Una vez allí lo emborracha y, cuando el general asirio cae dormido, lo decapita. Este hecho,
protagonizado por la heroína judía, simboliza el triunfo de la humildad sobre
el orgullo.
La dramática historia fue reflejada varias veces en la historia del arte. En 1456, Donatello creó una escultura en bronce de una Judith sumamente amenazadora.
Judith y Holofernes, de Donatello (1455–1460)
Bronce - Palazzo Vecchio
Unos años más tarde, Andrea Mantegna
describe el mismo hecho, pero con una Judith remota e impasible. La mujer, en
extrema desconexión, se niega a enfrentarse a la realidad de sus actos y da la
espalda a la patética imagen del pie que se encuentra detrás de ella. Aparece
también la criada que sostiene la bolsa en donde Judith deposita la cabeza.
Judith y Holofernes, de Andrea Mantegna (1495)
Técnica: témpera con oro y plata / Medidas: 30 x 18 cm
National Gallery of Art - Washington
En su aproximación, Caravaggio logró gran
realismo y crudeza. Judith se muestra de pie, majestuosa, joven,
bella, y hasta orgullosa de sus actos. Mientras que su criada, quien le
proporciona la espada, está nerviosa y al acecho de lo que pueda pasar.
Judith y Holofernes, de Caravaggio (1599)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 145 x 195 cm
Galería Nacional de Arte Antiguo - Roma
Francisco de Goya también representó, en el siglo XIX, a la
heroína judía en su serie de pinturas negras. La obra fue realizada sobre un
muro y más tarde se trasladó al lienzo. La escena iluminada dramáticamente y de
paleta reducida no presenta a Holofernes ni la sangre derramada.
Judith y Holofernes, de Francisco de Goya
Técnica: Óleo sobre muro trasladado a lienzo / Medidas: 143.5 cm × 81.4 cm
Museo del Prado - Madrid
Por último, dos mujeres: Artemisia
Gentileschi y Anna Ostoya. Gentileschi plasmó a una escalofriante Judith, con una intensidad y pasión
desconocidas para la época (siglo XVII). Se ve claramente el instante en que la joven corta la
cabeza de su opresor y cómo va cayendo la sangre sobre el colchón. El fuego interno
que se evidencia en la violencia de esta obra, fue también la
revancha de la artista contra hechos de
su propia vida (fue violada en su juventud por su mentor).
Judith Slaying Holofernes, de Artemisia Gentileschi (1614–20)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 199 x 162 cm
Galleria degli Uffizi - Florencia
Ostoya (1978), una artista polaca que actualmente vive en New York, tomó la obra de Artemisia como punto de partida e inspiración. No se trata de una única obra, sino de una serie que representa la decapitación en pinturas y fotomontajes y se presenta bajo el título "Slaying" en la galería Bortolami de New York. Ostoya inspecciona la
escena del crimen, analizándola y desactivándola a través de la abstracción
geométrica. En algunos casos hace transferencia de personajes y, en otros, la
propia Judith se decapita a sí misma.
Serie Slain Abstraction, de Anna Ostoya (2016)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 61 x 51 cm
Galería Bortolami, New York
En "Slain Trances" (una serie de fotomontajes
en blanco y negro), la investigación de la artista sobre la escena se vuelve más
asociativa que analítica. Transforma la pintura original en yuxtaposiciones
surrealistas, conjugando la obra con otras de Pablo Picasso, Georgia O’Keeffe e imágenes de la vida cotidiana.
Slain Trances, de Anna Ostoya (2016)
Técnica: fotomontaje. Archival inkjet print on paper / Medidas: 48,3 x 33 cm
Galería Bortolami, New York
La violencia de un hecho bíblico fue reflejado por la historia del arte a través de las adaptaciones de los grandes maestros. Pero para Artemisia Gentileschi y Anna Ostoya, sirvió de excusa para desenfundar los sentimientos más profundos generados por la desigualdad que puede sufrir una mujer.
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