Huellas de un diálogo...
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Con este título se presenta una muestra bastante particular en el Centro Cultural Recoleta: padre
e hija unidos por el arte. Se trata de los artistas Jorge Abot (Buenos Aires, 1941) y Natalia Abot Glenz (Buenos Aires, 1974) quienes, en esta exhibición, comparten el mismo
espacio, permitiendo que las obras de ambos interactúen entre si.
"Huellas de
un diálogo" - Vista general
Centro Cultural Recoleta,
Febrero 2015
El padre, Jorge Abot, trabaja en dos
dimensiones y, sobre el plano, el empaste
de la obra denota el gesto del
artista, ese gesto que proviene del
Expresionismo Abstracto.
Silencio de Invierno, de Jorge Abot (2008)
Técnica mixta sobre tela / Medidas: 160 x 160 cm
Su obra, en general, tiene cierta
espiritualidad zen, como aquellas de Kazuya Sakai, aunque particularmente en "Madero de
Enero" se deja ver una forma crucificada, una espiritualidad cristiana que sobrevuela la imagen. Quizás sea su manera de demostrar que (para él) el arte conserva todavía cierta
sacralidad, demandando respeto y distancia de parte del observador.
Madero de Enero, de Jorge Abot (2009)
Técnica mixta sobre tela / Medidas: 193 x 159 cm
La hija, Natalia Abot Glenz, se sale del
plano para crear formas dinámicas que surcan la sala. A ella parece no alcanzarle las dos dimensiones para expresarse o, quizás, por ser arquitecta, prefiere trabajar con el espacio. A diferencia de su padre, su obra permite la libre circulación del
espectador, o como ella misma lo expresa, "pensar la
escultura para una escala pública".
Espacios dinámicos, de Natalia Abot Glenz (2014)
Resina acrílica color rojo sobre núcleo de telgopor
Pieza 1: 50 x 50 x 200 cm
Pieza 2: 50 x 50 x 240 cm
Pieza 3: 50 x 50 x 180 cm
Espacios dinámicos, de Natalia Abot Glenz (2014)
Resina acrílica color rojo sobre núcleo de telgopor
Pieza 7: 130 x 60 x 200 cm
Pieza 8: 70 x 60 x 120 cm
Una muestra en la que claramente se
distinguen las diferencias generacionales, pero donde las obras dialogan con comodidad, como si fueran de la
misma familia.
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