El año de El Greco...
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Este año se cumplen 400 años de la muerte de Domenicos
Theotocopoulos, “El Greco” (Creta, 1541-Toledo, 1614), un artista extravagante y
singular. El Museo del Prado de Madrid y el municipio de Toledo preparan una serie de exhibiciones en tributo al
griego más toledano. Para llevarlas a cabo, los museos de todos los rincones del
mundo han accedido a colaborar prestando sus obras.
Y si hablamos de El Greco, lo primero que seguro nos viene a la mente es ese gran cuadro que se encuentra en la Iglesia de Santo Tomé en Toledo: El entierro del Conde de Orgaz.
El Entierro del Conde Orgaz, de El Greco (1586-1588)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 4,80 x 3,60 mts.
Iglesia de Santo Tomé (Toledo)
Para esta obra, el
artista fue convocado por el párroco de la iglesia para que pintase, en una capilla
lateral, el milagro que en 1323 ocurrió allí: desde el cielo
bajaron dos ángeles y, con sus propias manos, enterraron a Gonzalo Luis de Toledo,
señor de Orgaz. El Greco crea una obra dividida en dos grandes zonas: la celestial, en la parte
superior, y la terrenal, donde se
representa el entierro, en la parte inferior. Pero la característica más sobresaliente es el alargamiento
de las figuras, un recurso que toma de Miguel Angel, de
Tintoretto y de Parmigiano y que consiste en el estiramiento voluntario de las
formas, buscando en ello una belleza basada en la estilización.
Jesús en el Huerto de los Olivos, de El Greco (1600-1607)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 108 x 76
cm - MNBA
Hacia 1600, El Greco pinta la escena religiosa: Jesús
en el Huerto de los Olivos. Una obra que pertenece al MNBA y en la que se
aprecia la evolución de su estilo tan personal.
El color adquiere un papel fundamental y, paralelamente, marca aún más las
alteraciones anatómicas que lo caracterizan. Cabe destacar las pinceladas con
pigmento blanco que recorren la superficie pictórica para crear efectos de
iluminación irreal. Las figuras parecen haber perdido peso y sustancia, gracias
a sus pinceladas largas y zigzagueantes, que otorgan dramatismo a
la escena y le agregan valor místico.
La Adoración de los
pastores, de El Greco (1612-1614)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 319 x 180 cm
Museo del Prado - España
De elegantes figuras y cuidada composición, esta Adoración
de los Pastores es una de las obras más importantes de la producción tardía de
El Greco.
El pastor de la derecha podría ser un retrato de su hijo,
dado que la obra iba a presidir el panteón familiar. De hecho, el artista
mismo se autorretrató como el pastor arrodillado de adelante. Vale
destacar el equilibrio compositivo, los pronunciados escorzos, la pincelada
fluída y nerviosa, pero, por sobre todo, la intensidad del color y los detalles
de una iluminación irreal, usando al Niño como fuente luminosa.
2014, el año de El Greco. Una oportunidad para acercarse a un artista enorme…
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