Año Nuevo con Surrealismo...

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Un nuevo año comienza y se renueva la oportunidad de hacer realidad nuestros más íntimos sueños,  como los artistas surrealistas, que expresaron sus deseos a través de sus obras. Aunque, en este caso, los sueños correspondían a los del otro estado de la consciencia, a aquello que soñamos cuando estamos durmiendo.
Estos creadores reivindicaron, desde un primer momento, el sueño como una de las vías fundamentales de la liberación del subconsciente. Encontraban allí un plano de experiencia diferente al de la vida consciente, que incidía de modo especial en el enriquecimiento y ampliación del conocimiento.
La Faux Miroir (El espejo falso), de René Magritte (1929)
Técnica: óleo sobre tela - MoMA (New York)
En este momento, en el MoMA de NY, se presenta la muestra "Magritte: The Mystery of the Ordinary,1926-1938", una serie de obras que corresponden al momento exacto en el que este artista comienza a vincularse al Surrealismo. La exposición marca el camino experimental que sigue Magritte (Bélgica, 1898-1967) para lograr las obras más inventivas de su prolífica carrera.
La obra anterior, llamada El espejo falso, provoca en el espectador cierto desagrado o confusión. El iris del ojo es un cielo, como si éste reflejara lo que ese ojo está viendo. Con esta obra, el artista probablemente intenta significar que la visión real es el límite del sueño.
La Clairvoyance, de René Magritte (1936)
Técnica: óleo sobre tela - MoMA (New York)
En esta segunda obra, el artista representado está copiando un huevo y, sin embargo, en la tela aparece un pájaro. Es un juego ingenioso y provocador entre los límites de la creación, del sueño y de la realidad.
Los fotógrafos también fueron desafiados por este movimiento. Uno de ellos fue el francés Henri Cartier-Bresson (Francia, 1908-2004). Su inquietante mirada en la siguiente obra combina una composición geométrica con la figura de un niño y un carro. Tal como en los sueños en blanco y negro, el lugar aparece poco definido, las sombras desequilibran la imagen y el niño observa algo que el espectador no puede ver y que seguramente es maravilloso.
Salerno, Italia - Henri Cartier Bresson (1933)
Técnica: fotografía en blanco y negro / Medidas: 140 x 175 cm
MNBA - Obra no exhibida

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