Tomando el té en el Museo...

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Hay una nueva moda que se expandió por todo el mundo: los cafés o restaurantes en los museos. De hecho, hemos recomendado muchísimos desde que creamos el blog. El MNBA tiene un pequeño café con maravillosas obras pero, lamentablemente, está cerrado por estos días. 
Sin embargo podemos pasear por las salas y compartir imaginariamente una bebida en las afueras de París, observando el retrato del señor Hoschede y su hija, que realizó Manet en 1875.
Portrait d'Ernest Hoschede et sa fille Marthe, de Édouard Manet (1875)
Técnica: Oleo sobre tela / Medidas: 97.5 x 130 cm - MNBA
O tomar una taza de té de la mano de Mary Cassatt  (USA 1844- Francia 1926)... 
The Cup of Tea, de Mary Cassatt
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 92.4 x 65.4 cm 
El té de la tarde era un ritual social para las mujeres de la clase media y alta en el siglo XIX y el arte de ese entonces resultó muy prolífico en retratar la cotidianidad burguesa. La artista Mary Cassat fue una fiel representante de estos eventos. La modelo para el cuadro de arriba, su hermana Lydia, vivía en París con sus padres en ese momento.
También podríamos acompañar, en la experiencia del té, a la señora Riddle y su maravillosa vajilla de porcelana china. Mary Cassatt comenzó esta pintura en 1883 y le llevó dos años completarla. La hija de la retratada objetó la medida de la nariz de su madre en la obra, de manera que la artista no la hizo pública hasta 1914. Para 1915, la pintura, expuesta en París, causó sensación.
Lady at the Tea Table, de Mary Cassatt (1883-5)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 73.7 x 61 cm 
Pero si queremos compartir un té en el siglo XX, la cosas se complican…
Le Déjeuner en fourrure (objeto), de Meret Oppenheim (1936)
Técnica: taza, plato y cuchara forrados de piel / Medidas: taza - diám. 10.9 cm; plato -  diám. 23.7 cm; cuchara - longitud 20.2 cm; altura total 7.3 cm 
MoMA, New York
Resulta que Pablo Picasso y Meret Oppenheim (Alemania 1913 – 1985) estaban tomando un café en París y Pablo no dejaba de admirar las pulseras ribeteadas en piel que lucía la artista.  
- Cualquier cosa se podría cubrir en piel, dijo Pablo.
- Hasta esta taza y este plato, repuso Oppenheim
Así nació El almuerzo vestido de pieles. La taza y el plato fueron comprados en un bazar y forrados con piel de gacela china. La obra explota las diferencias: la belleza del objeto dada por el accesorio y la inutilidad del mismo (agradable al tacto pero repelente para beber de la taza).
Y ya en el siglo XXI, las cerámicas de Livia Marin (Chile 1973) tampoco son las ideales para el té de la tarde…
Nomad Patterns, de Livia Marin (2012)
Técnica: cerámica, resina, transfer-print
Las tradiciones por estos días se han perdido, es lo que intenta decir la artista utilizando objetos de la vida diaria intervenidos. Marin presentó 32 objetos similares a la tetera derretida de la foto en la Eagle Gallery de Londres, justo donde el té de la tarde formaba parte de un ritual casi sagrado.

Para seguir leyendo... MoMA Highlights - 350 obras del Museum of Modern Art New York, 2009, Departamento de publicaciones del MoMA de NY.

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