El MNBA cuenta con una obra del artista con tema semejante, en este caso el padre y el hijo están delante de una baranda y contemplan un paisaje extraño, como si fuera un paisaje geológico. Sobre la línea del horizonte se descubre un cielo diáfano, casi preciosista, como el que pintaban los artistas del Renacimiento. Las figuras también aparecen como en el cuadro anterior, de espalda al espectador.

Padre e hijo contemplando la sombra de un día, de Roberto Aizenberg (1963)

Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 44 x 35 cm

Las obras pueden comprenderse mejor si nos adentramos en la historia familiar del artista. Aizenberg no tuvo hijos propios. Las obras de los 60 pueden representar esa ausencia filial, ese deseo incumplido de no poder mostrar al hijo las maravillas del universo.

A finales de los 60 conoce a Matilde Herrera, que tenía tres hijos, y los adopta. Pero durante los años de la dictadura, dos hijos de Matilde son secuestrados junto con la pareja del hijo varón que estaba embarazada. A partir de ese hecho trágico, el artista realiza un boceto para llevar a cabo una escultura que hoy está emplazada en el Parque de la Memoria en Costanera Norte. En este caso representa, muy sintéticamente, tres figuras, un hombre, una mujer y una mujer esperando un hijo. Nunca vio la obra terminada, pero las tres figuras se colocaron mirando hacia el Río de la Plata, tal como estaban el padre y el hijo de sus cuadros, que miraban hacia un paisaje que se extendía hasta tocar el cielo... 

Sin título - 2003 (obra realizada a partir de un boceto del artista)

Bronce laminado - Parque de la Memoria.

Para ir... Roberto Aizenberg en la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat. Se puede visitar hasta el 23 de junio. Olga Cossettini 141 - Puerto Madero Este