La influencia de Leonardo...
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Hoy se cumplen 561 años del nacimiento de Leonardo da Vinci, hombre renacentista por excelencia. Sin embargo, su influencia en el mundo del arte parece no tener edad ni tiempo...
Cuenta la historia que Leonardo había sido
comisionado para pintar el altar de la Nunziata en Florencia... Y, como era su
costumbre, se retrasaba en los trabajos más de lo esperado antes de mostrar
algún boceto. Finalmente, hizo un cartón donde dibujó a la Virgen María, a Santa Ana (la madre de la Virgen), a Cristo y
a San Juan Bautista... Para la Virgen María, Leonardo optó por un rostro
simple y bello, como sólo la madre de Cristo podía tener: el artista quiso
mostrar la modestia y la humildad de la Virgen deleitada con ser testigo de la
belleza del Hijo, a quien sostiene en su
regazo con ternura. A su vez, observa
también a San Juan, representado como un
niño pequeño con un cordero. Todo bajo
la supervisión de Santa Ana quien, con gran satisfacción y regocijo, es testigo de cómo su terrenal progenie se volvió divina. Una vez expuesta, toda Florencia, en
solemne procesión, fue a admirar la obra del artista. Algunos años más tarde fue trasladada a Francia.
Santa Ana, la Virgen y el niño Jesús bendiciendo a San Juan Bautista, de Leonardo da Vinci (ca. 1500)
Técnica: piedra negra y realces de blanco sobre un montaje de 8 hojas de papel pegadas sobre tela / Medidas: 141,5 x 104,6 cm
La “Santa Ana trinitaria” es un motivo iconográfico plenamente codificado en los inicios del Siglo XVI. Representa a la madre de la Virgen con ésta y el Niño. Las figuras pueden estar superpuestas vertical u horizontalmente, en general de manera estática. Aquí, un ejemplo perteneciente a la colección del MNBA:
Santa Ana Triple, Anónimo.
Técnica: talla sobre madera / Medidas: 85 x 44.5 x 17 cm
MNBA
En otra ocasión, los sacerdotes dominicos le encargaron a Leonardo una obra para la Iglesia Santa María delle Grazie, en Milán. Da Vinci pintó allí La Última Cena, un trabajo en el cual las cabezas de once Apóstoles fueron resueltas rápidamente, con destreza y maestría. Pero quedaban dos de ellas sin resolver, la de Judas y la de Cristo. Y, como era su costumbre, Leonardo se ausentaba o, a pesar de estar frente a la obra, no tomaba el pincel en todo el día. Debido a esto, el superior de los dominicos no dejaba de acosarlo y entrometerse cada vez que Leonardo pensaba.
El instante retratado en la obra es cuando el Hijo de Dios le dice a los Apóstoles que uno de ellos lo entregará. En los rostros de los discípulos se refleja el temor, el desconcierto, la indignación y la tristeza por la noticia.
El instante retratado en la obra es cuando el Hijo de Dios le dice a los Apóstoles que uno de ellos lo entregará. En los rostros de los discípulos se refleja el temor, el desconcierto, la indignación y la tristeza por la noticia.
Finalmente el artista decide hacer la
cabeza de Judas muy parecida a la del sacerdote principal de la Iglesia que no
lo trataba correctamente y la cabeza de Cristo la deja inacabada.
La Ultima Cena, de Leonardo da Vinci (1495-1498)
Técnica: temple y óleo sobre yeso / Medidas: 4,6 x 8,8 mts
Da Vinci sigue influenciando a los
artistas... Tal es el caso de Yinka Shonibare que nació en Londres, vivió en Nigeria pero volvió al Reino Unido a estudiar
Bellas Artes. En la obra que sigue representa también una Última Cena pero en este caso las figuras no tienen cabezas. Según el artista es una referencia a la
globalización en la que vivimos, por lo tanto no se les puede adjudicar ninguna raza ni asociarlas a ningún lugar del planeta en particular. Ni
tampoco conocer las emociones que podrían tener los rostros.
Last Supper (after Leonardo), de Yinka Shonibare (2013)
Técnica: instalación / Medidas: 158 x 742 x 260 cm
Para seguir leyendo... The lives of the artists, de G. Vassari. Oxford University Press, 1998.
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