Infancia, en el Palais de Tokyo...

13:07

24/09/18 - El equipo curatorial del Palais de Tokyo de Paris organizó una exhibición sobre la infancia, partiendo de la idea que esa etapa de la vida tiene como virtud esencial convertir cada momento en una verdadera sorpresa.
A partir de este concepto se invita al público a sumergirse en los recuerdos de la niñez para reflexionar sobre la influencia que pudieron haber dejado en nuestra identidad adulta. 
El recorrido comienza en una casa de muñecas, pero no para muñecas, sino para mayores, pues los objetos que la componen son de tamaño normal aunque se conservó la división de los espacios y la decoración. La instalación pertenece al artista japonés Amabouz Taturo.







Amabouz Taturo
Palais de Tokyo, París 
Anna Hulacová (República Checa, 1984) nos lleva a una cocina, que es el lugar de encuentro de la familia, según la artista. Parece que fuera el momento del desayuno pero las figuras congeladas y alienígenas condicen con un relato distópico, como es habitual en todas las curadurías del Palais de Tokyo. La madre tiene horadada la cabeza y dentro el dibujo de una orquídea, convirtiéndola en el símbolo de un objeto sexual. El padre, sin rostro, está preparando el desayuno, pero no tiene manos para realizar la tarea. El otro personaje, sentado a la mesa, cuyo cuerpo está abierto mostrando sus extrañas formas orgánicas, parece ser el hijo. Se completa la instalación con una serie de elementos que son meros fragmentos o fantasmas de los utensilios culinarios. Una familia mutante que nos invita a reconsiderar, no sólo al grupo, sino a la humanidad en general, a través de una visión cínica y transgresora.








Good morning, morning, de Anna Hulacová (2018)
Luego de la cocina, nos sumergimos en el patio de juegos, apenas iluminado. Las tétricas formas animales representan dragones en el tradicional sube y baja de la plaza. Son quiméricos personajes que invitan a jugar pero que se ven rechazados por ser unas tenebrosas criaturas. Esta instalación pone a los niños en una posición donde deben enfrentar a los monstruos para acceder al juego. 






La Récréation, de Clément Cogítore
En otro piso un inmenso retrato de un niño en mosaico ocupa toda la pared. A medida que el visitante se acerca la imagen se vuelve menos reconocible, más fuera de foco. El rostro proviene de un banco de imágenes online y fue pixelado para volverlo más anónimo. La figura nos confronta y nos obliga a seguir adelante porque lo rechazamos, ya que representa a esos rostros de las portadas de las noticias policiales o simplemente es el hijo de una figura pública que pretende que no se lo reconozca. 
La Porte de la Désolation, de Clément Cogitore
En la misma sala las hiperrealistas esculturas en pequeña talla de Tomoaki Suzuki se distribuyen obligando al visitante a circular entre ellas. Sus 60 cm nos invitan a agacharnos para observar de cerca personajes que pueden resultar conocidos, como Andy Warhol. No hay interacción directa entre las esculturas, simplemente están distribuidas al azar tal como en cualquier comunidad de apariencia hiperconectada. 

Dashade Tomoaki Suzuki (2015)
Materiales: madera y pintura acrílica
Carsonde Tomoaki Suzuki (2009)
Materiales: madera y pintura acrílica
Kadeen and Kyronede Tomoaki Suzuki (2014)
Materiales: madera y pintura acrílica
Lucyde Tomoaki Suzuki (2018)
Materiales: madera y pintura acrílica
Es este un alucinatorio cuento de hadas, donde el miedo y la fascinación de la percepción temprana  subyacen en los laberintos de los sueños. No es una visión nostálgica, es transgresora y se resuelve a través de una serie de escenarios con puertas y pasadizos que llevan al visitante a situaciones extrañas. Como si se cruzara el espejo de "Alicia en el país de las maravillas", y como viene sucediendo en la mayoría de las exhibiciones actuales de arte contemporáneo, el fin es el juego con la percepción.  

You Might Also Like

0 comments

Contenido

Liliana Wrobel

Producción & Diseño

Carla Mitrani

Contacto

ObrasMNBA@gmail.com