Escultura de posguerra en Chatsworth House...
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23/10/17 - Como todos los años la casa de subastas
Sotheby’s exhibe una extraordinaria muestra para atraer a coleccionistas y
consumidores de arte monumental. La misma se realiza en los jardines del
castillo de Chatsworth, residencia de los duques de Devonshire, una propiedad en el centro de Inglaterra, construida hace 450 años. Esta vez
la muestra "American Sculpture: Beyond Limits" funde en comunión con este
paisaje inglés la
estética industrial de los artistas norteamericanos del siglo pasado, como Robert Indiana, Richard Serra, Julian
Schnabel y varios otros. Aquí presentamos un paseo por los jardines recorriendo las
piezas de estos escultores icónicos.
One
Through Zero, de Robert Indiana (1991)
De Robert Indiana se despliegan una serie
de números sobre el cesped que da a la parte posterior del castillo. Cada
número tiene un significado particular: el cero, por ejemplo, es la muerte. Desde su creación, estos dígitos fueron reproducidos en
diferentes tamaños y colores como
expresión de una cultura interesada por el objeto en una dimensión
desmesurada. Aquí se exhiben del 0 al 9 en acero corten, en contraste con el verde brillante
de los alrededores.
Golem, de Julian Schnabel (1986)
Joe, de Julian Schnabel (1941)
Bronce
Si Tacuisses, de Julian Schnabel
Gradiva, de Julian Schnabel (1951)
Bronce
pintado
Con el castillo como fondo se visualiza
una obra de Julian Schnabel, quien presenta cinco piezas en esta
exhibición. Estas estructuras totémicas,
mezcla de diferentes civilizaciones, tienen cierta apariencia común entre
ellas. Fueron creadas luego de varios viajes del artista por Europa y América, en donde descubre similitudes
en cada una de las ciudades que visita.
A partir de allí nacen unas formas que, para nuestros ojos occidentales, cargan con algo de religioso.
Irregular Progression
(Griesdorn), de Sol Lewitt (2001)
Three-Sided Pyramid, de Sol Lewitt (1991)
Materiales: esmalte sobre aluminio
Enfrentada a una fuente y a los números
de Indiana se montó esta pieza conceptual no minimalista, como explica Sol Lewitt,
su creador. Se trata de unos bloques de concreto, distribuidos como formando un edificio. En en otro
extremo del jardín, cerca de uno de los viveros, aparece una figura geométrica de forma
triangular en color blanco. Esta forma alude a la simplificación o a la
geometría, pero aún así evoca a las civilizaciones pasadas, especialmente a la
egipcia.
Curvae in Curvae, de Beverly Pepper (1922)
Materiales: acero corten
Sobre un sendero muy transitado se
observa la obra de Beverly Pepper. La pieza revela, en sus curvas, la figura femenina. A
pesar de la densidad del material, la obra luce liviana, casi como si el viento pudiese llevársela. Por otro lado, la rusticidad del
material hace que la obra simule una antigüedad. De todos modos la relación con lo orgánico es
inevitable.
Lock, de Richard Serra (1976- 77)
Material: acero enroscado en 5 partes
Como cortando el paisaje, la escultura de Richard Serra es la
de mayor dimensión en la muestra. Ubicada en una extensa superficie por detrás del castillo, esta obra es un desafío al visitante y al espacio que la rodea. Serra se aleja de las convenciones tradicionales de forma imaginativa, involucrando siempre al
espectador. "Lock" coloca al visitante entre dos mundos muy diferentes: la calidez de la naturaleza frente a la frialdad del acero industrializado.
Untitled, de Joel Shapiro (2011-2017)
Material: bronce
pintado
Untitled, de Joel Shapiro
Balance, movimiento, agilidad, desafío a
la gravedad y una obsesión constante con la figura humana. Todo esto define a las obras de Joel Shapiro. Cerca de un laberinto o debajo de una cascada, ambas piezas parecen querer
salir de lo que las contiene. No por nada el artista las definió como “formas
psicológicas”.
Leaning fork with meatball and spaghetti
II, de Claes Oldenburg & Coosje Van Bruggen (1994)
Material: poliuretano pintado y fiberglass
La pieza de Claes Oldenburg y Coosje Van Bruggen es la única que se exhibe bajo
techo, en el vivero de las flores. Como es habitual en Oldenburg, esta es una obra lúdica, divertida, exagerada y de estridentes colores, como corresponde a un integrante del movimiento Pop. Humor y exuberancia al por mayor en este retrato
de una sociedad consumista como la norteamericana.
La muestra es una experiencia inolvidable
por las piezas y el entorno que las contiene. Una estrategia de venta impecable
para el exigente público de Sotheby’s.
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