Rembrandt en el Museo Jacquemart-André de París...

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09/02/17 - Otra ciudad, otro museo, otro artista, otra exhibición, el mismo nombre. En el post anterior descubrimos la intimidad de Renoir, hoy la de Rembrandt. Casualmente, en el mismo momento, dos exposiciones aluden al mismo concepto para explicar nuevas facetas de artistas de otros tiempos. En París, en la mansión del matrimonio Nélie Jacquemart y Edouard André, hoy convertida en museo público, se exhibió "Rembrandt Intime".
La particularidad de esta exposición sobre el artista holandés (1606-1669), es ver más allá de la pintura con la ayuda de la tecnología actual. Es así que, al inicio de la exhibición, un video explica cómo se crearon algoritmos para determinar que la distancia entre los ojos y entre otros puntos de los rostros en los retratos de Rembrandt van Rijn se repiten constantemente. Como si el artista se apegara a un patrón definido. Es esa la huella que permite identificarlo frente a otras obras que se le adjudican y no le pertenecen.

Luego, en la exhibición propiamente dicha, ocho salas despliegan, en una cronología perfectamente articulada, bocetos y pinturas que se mezclan para deslumbrar al visitante. Ya sea en el proceso de creación de una obra (aunque Rembrandt prefería trabajar directamente sobre el lienzo), para captar la emoción de un momento en particular o para asimilar la técnica de otro artista, Rembrandt dibujaba con un virtuosismo sorprendente. A los veintitrés años de edad ya tenía total dominio de la técnica y de su capacidad para entender la psicología de los temas que trataba. Tres años más tarde es reconocido por la Corte para retratar a los nobles de Amsterdam.
Durante esos gloriosos años Rembrandt adoptó al menos cuatro aproximaciones al retrato: oficial, comisionado, íntimo o imaginario. A medida que pasó el tiempo, su pincelada se volvió más libre, concentrándose en lo que era esencial para él: la relación entre el sujeto, el color y la luz. Como resultado se obtiene una sensación de presencia, una verdadera impresión de vida.
Autorretrato, de Rembrandt van Rijn.
Con veinte obras y más de treinta bocetos de distintos museos, incluidas las tres piezas pertenecientes a la colección de los dueños de casa, esta exhibición se basó en el proceso íntimo de creación de Rembrandt a través de los años. Una vez más, no se permitían fotos dentro de la muestra. 

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