Pequeños Museos I...

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En una época donde prevalecen las mega-instituciones en sus, cada vez, más competitivos e impactantes edificios, ciertas organizaciones o familias abren pequeños espacios para homenajear, por lo general, a un artista en particular.
Estos espacios permiten experimentar al visitante la historia privada, la manera de trabajar y la visión de un único y apasionado individuo. Los pequeños museos se encuentran casi escondidos, en su mayoría en calles apartadas, lejos de las zonas más concurridas para un paseo cultural. Cuando se visita un gran museo es la historia misma de la humanidad que se abre ante nuestros ojos. En el caso de los pequeños museos, lo que se descubre es la frágil historia de un único individuo, la manera en que sus obras se conectan con sus dramas personales.
Gustave Moreau (1826-1898) fue un adelantado en este aspecto: con apenas 36 años, este pintor  francés (precursor del Simbolismo) ya había tomado la decisión de convertir su casa-estudio en museo. Lo que  hace único a este reducto es esa combinación de las obras del artista con sus bocetos y objetos. En el Metropolitan Museum de New York se exhibe Edipo y la Efigie de Moreau, una de sus piezas más emblemáticas, pero el espectador tiende a prestar mayor atención a los Van Gogh y Cézanne que están a unos pasos, en el mismo piso. En cambio, en el propio museo del artista se pueden ver los innumerables bocetos que realizó para la obra, permitiéndonos sumergirnos en el proceso intimo de la creación.
En los últimos años de su vida, Moreau se dedicó a convertir cada cuarto en una sala de museo,  realizando inclusive copias de sus propias pinturas que estaban exhibidas en otras instituciones.
Gustave Moreau Musée, París. 
Dormitorio del artista. Las paredes incluyen retratos de familia y uno del mismo Moreau, pintado por Edgar Degas
Subiendo por la impresionante escalera en espiral se accede a nuevas salas que fueron adicionadas a la casa cuando se la convirtió en museo. Se destaca la de mayores dimensiones, donde se percibe ese extraño fenómeno que producen las pinturas de Moreau: la ilusión de que la luz emana de las mismas.
Gustave Moreau Musée, París.
Escalera principal diseñada por el arquitecto Albert Lafon en el segundo piso de la casa-museo,  flanqueada por la pinturas del artista.
Los estudios de los artistas o sus casas, como en este caso, convertidas en pequeños museos nos dan la oportunidad de ver las obras en el contexto en el que fueron creadas y así descubrir su verdadero significado.

Para seguir leyendo... "Small Museums", por Orhan Pamuk, en The New York Times Style Magazine, 23 de Marzo de 2014 (112-115)

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