Y seguimos bailando...

15:06

No hace falta irnos tan lejos para buscar un exponente local que también haya retratado una bailarina... 
Primeros pasos, de Antonio Berni (1936)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 200 cm x 181 cm
Una joven ensaya sus pasos de danza clásica, mientras su madre detiene su labor en la máquina de coser por un instante. La escena se prolonga por medio de una puerta abierta, a través de la cual se contempla un paisaje barrial de los suburbios. 
Esta tela pintada, en 1936, que corresponde a una etapa temprana del artista, representa un interior doméstico. Se observa en ella el vínculo existente entre la madre y su hija. Gracias a este evidente realismo, el artista deja ver las aspiraciones sociales de la época: los trabajadores de la clase media hacían estudiar a sus hijos en el conservatorio del barrio (danza, piano o canto), con la ambición de que pudieran superar el destino de sus padres. Para ello, las madres debían contribuir a la economía doméstica cosiendo.
Morning mood, de Tatiana Mikhina
Hoy, las cosas han cambiado. La danza en el arte es fantasía, imaginación, la belleza de la flor no sólo viste a la mujer, sino que danza con ella misma. La ventana está abierta y el espectador decide qué puede haber del otro lado. Ya no se aprende a bailar para mejorar la posición social. Ahora, la joven baila porque le gusta bailar...

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