Cuando el arte ruboriza...

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A finales del siglo XIX, José Prudencio de Guerrico, en compañía de su mujer, María Güiraldes,  visitaron el taller del artista Eduardo Schiaffino en París. Una de las pinturas, llamada "Reposo", mostraba a una mujer desnuda, de tamaño natural, lo cual le resultó particularmente incómodo a la señora.
Reposo, de Eduardo Schiaffino (1889)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 109 x 200 cm
MNBA
La incomodidad fue, quizás, por el contacto cercano con la obra en presencia de los hombres – su marido y el pintor del desnudo. Tal vez hubiera resultado diferente si la obra hubiese estado colgada en un museo.
El hecho es que no se concretó la adquisición, como era el propósito de Schiaffino.
Sin embargo, en la colección Guerrico, la gran tela de Diana sorprendida de Lefebvre, con varios desnudos idealizados, tenía un sitio de honor en el hall de la morada familiar.
Diana Sorprendida, de Jules Lefebvre (1879)
Técnica: óleo sobre tela / Medidas: 279 x 371,5 cm
Ambas obras conviven hoy en el Museo, a metros de distancia. Ciertamente eran otras épocas...

Para seguir leyendo... Los Dueños del Arte Coleccionismo y consumo cultural en Buenos Aires, DE M. Baldasarre (2006), Buenos Aires, Edhasa.

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